Ciclo A (2008) - Tiempo de Cuaresma - 4 domingo
CATEQUESIS
1. Lectura: Samuel 16, 1b.6-7.10-13ª
2. Lectura: Efesios 5, 8-14
3. Lectura: Juan 9, 1-41
“MISIONERO DE TU BARRIO”, EN LA CUARESMA
Haz unas cinco copias de esta CATEQUESIS.
Ofrécelas a MAYORES IMPPEDIDOS y VECINOS.
PODÉS LEERLA y hasta EXPLICARLA algo para AYUDARLOS.
“DIOS TE BENDIGA A TI Y A TU CASA.”
¡MISIONERO¡
Dijo, entonces el ciego:
"CREO, SEÑOR. Y SE POSTRÓ ANTE ÉL"
Hoy 4 domingo de Cuaresma, entramos en la segunda ETAPA del camino cuaresmal, marcada con el SIGNO de LA LUZ, la que obtuvo el ciego de nacimiento. Con este domingo, el pasado y el que viene se cierra la gran CATEQUESIS o enseñanza que la Iglesia da a sus hijos y en particular a los Catecúmenos de todo el mundo, que serán unos miles, que con esta última preparación cuaresmal se acercarán a la misma Iglesia, pidiéndola el Bautismo, la Confirmación Y LA PARTICIPACIÓN PLENA EN LA EUCARISTÍA, y se participa de manera plena en la Eucaristía en la que participamos, CUANDO COMULGAMOS, como cuando voy a la fiesta de una boda, participo plenamente en la fiesta, cuando me han invitado también al banquete. Y en la celebración de la Eucaristía, cuando recibo la comunión. Estos son los tres sacramentos de la iniciación cristiana, para SER CRISTIANO EN PLENITUD.
Estos Catecúmenos recibirán estos sacramentos en la Vigilia Pascual en todo el mundo. Los que ya somos cristianos, renovaremos y actualizaremos nuestras promesas bautismales
Os recuerdo que esta gran catequesis del Camino Catecumenal y Cuaresmal tiene tres etapas:
1.
Etapa, la del AGUA. LA CONVERSIÓN,
como lo hizo la Samaritana, de la que nos hablaron y catequizaron el domingo pasado.
2.
Etapa, la de la LUZ. LA PROGRESIÓN EN EL CAMINO DE LA FE EN JESUCRISTO, HIJO de DIOS y SALVADOR-MESÍAS,
como hizo el ciego de nacimiento y que hoy analizaremos.
3.
Etapa, la de la VIDA. LA NUEVA VIDA o RESURRECCÓN,
que alcanzaremos, como META y que ya nos la anuncia la Resurrección de Lázaro, amigo de Jesús, quien la realizó y de la que se nos hablará el próximo domingo, 5 y último de la Cuaresma.
Nos están invitando en estas catequesis cuaresmales a que no nos quedemos en lo material y lo sensible, lo que se ve y que se oye de los relatos que se nos narran. Hay que ir más allá, sabiendo interpretar el lenguaje simbólico, que subyace en estos relatos.
La Samaritana acabó comprendiendo que el AGUA que la ofrecía Jesús no era esa agua del pozo, que a lo más quitaría la sed de la fatiga y del cuerpo y podría lavar, quitar algunas manchas de las túnicas o vestidos que llevaban. El AGUA de Jesús te limpiaba radicalmente por dentro y te daba una Nueva Vida, porque te quitaba la sed de infinito, de transcendencia, la sed de Dios. La conversión de la Samaritana fue total: cinco maridos, que no lo fueron, había tenido y con el que vivía tampoco era... lo reconoció: Todo lo dejó y con la Palabra viva de su ejemplo, arrastró hacia Jesús a todo el pueblo de samaritanos, donde tenía mala fama y a pesar de ello, la creyeron, aunque más creyeron después a Jesús, cuando lo conocieron. La decían: "Ya no creemos por lo que tú dices; nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es de verdad el SALVADOR del mundo".
Tú, mi buen hermano, ¿estás haciendo ya, en esta Cuaresma, una revisión de tu vida para dejar esas cosas que te atan, y no te dejan ver la verdad profunda y el valor auténtico de tu vida, al descubrir la grandeza de Dios que hay en ti? ¿Estás atrayendo a Jesús con tu conversión, a tu familia, a tus amigos, a tus compañeros y vecinos, como la Samaritana? ¿Te estás convirtiendo o tienes miedo del cambio de vida? Claro, aun sería peor, si todo esto te diera lo mismo. Por ti rezamos de verdad, porque te queremos, aunque no te conozcamos, pero Dios sí te conoce y oye nuestras súplicas.
La CATEQUESIS del episodio del ciego de nacimiento, que hoy hemos proclamado, es fundamentalmente un desarrollo teológico de las etapas de este conocimiento de Jesús, que conlleva y acaba en un progreso en la FE, más que una narración histórica del hecho.
El ciego de nacimiento nos representa a cada uno de nosotros en nuestro caminar en la FE. En él se ve un avance progresivo en el conocimiento de Jesús y paralelamente en la FE en Jesús, quien lo curó. Descubre ya en su propia curación, que Jesús es el que vuelve todas las cosas a su sitio, a su estado natural, a su equilibrio: "de NO VER, A VER, de NO SER, A SER".
Analicemos ahora y aprendamos las sucesivas ETAPAS en el CONOCIMIENTO y EN LA FE en JESÚS:
1.
Constatamos que el ciego tiene al principio unas motivaciones insuficientes en su relación con Jesús, porque ni si quiera sabe quién es y dónde vive. "LE PREGUNTARON LOS FARISEOS: ¿DÓNDE ESTÁ ÉL? Y CONTESTÓ: NO LO SÉ.
2.
Este ciego se puso de parte de Jesús, porque le curó; algo parecido a lo que les ocurre a muchos que se ponen de parte de la Iglesia por sus acciones sociales, caritativas o culturales. La relación es bien pobre, porque está motivada y fundada en intereses simplemente humanos, pero no de FE, de confianza en la persona de Jesucristo.
3.
Su FE y CONOCIMIENTO INICIAL, incipiente de Jesús ha progresado y choca con el conocimiento libresco, teológico y moral de la Sinagoga, escribas y fariseos, que se preocupan muy poco de la persona de Jesús y así no consiguen explicar una cosa tan evidente como la curación de este ciego. Al ciego, en cambio le bastan tres palabras para explicar el hecho. "Le dijo Jesús: Ve a lavarte a la piscina de Siloé: FUE, SE LAVÓ y VOLVIÓ CON VISTA: Fui, me lavé y recobré la vista", repite por tres veces a los fariseos, que le llevó a preguntarles con ironía por el interés exagerado que mostraban: "Os lo he dicho ya –tres veces- y no me habéis hecho caso ¿para qué queréis oírlo otra vez?; ¿También vosotros queréis haceros discípulos suyos?.
Los fariseos con su dogmatismo, orgullo y cerrazón, caen hasta en el ridículo. Preguntaron a sus padres: ¿Es éste vuestro hijo, de quien decís vosotros que nació ciego?¿cómo es que ahora ve? Los padres contestaron: "Sabemos que éste es nuestro hijo y que nació ciego; pero cómo ve ahora, no lo sabemos nosotros" y por miedo a que los echasen de la comunidad de la Sinagoga, añadieron: "Preguntárselo a él, que ya es mayor".
Ante la evidencia, los fariseos le injurian y le condenan al pobre ciego: "Ellos, insultándole, le dijeron: Sé tú discípulo suyo. Nosotros somos discípulos de Moisés... Nosotros sabemos que a Moisés le habló Dios, pero ese no sabemos de donde viene. Eres todo pecado desde que naciste ¿y pretendes enseñarnos? Y le echaron fuera, le condenaron con la excomunión de la Sinagoga.
4.
Al quedar libre de estas amarras de la Sinagoga, de tradiciones rutinarias, obsoletas y sin contenido, el ciego profundiza entonces en el conocimiento del que le había curado: Jesucristo, quién es. Encuentra y descubre la persona de Jesús y ya no solo a aquel que le había curado:"Oyó Jesús que le habían echado fuera de la Sinagoga por su causa y saliendo a su encuentro, le dijo: ¿Crees en el Hijo del Hombre? Respondió y dijo: ¿Quién es, Señor, para que crea en él? Díjole Jesús: lo estás viendo, es el que está hablando contigo"
El ciego empieza a vivir su conversión y su FE en el Padre, llega a la Religión de la persona, no a la del interés por su curación. Llega a la comunión con Dios por encima de los libros de los teólogos fariseos. Dijo, entonces el ciego: "CREO, SEÑOR. Y SE POSTRÓ ANTE ÉL"
Que esta Eucaristía que nos disponemos a celebrar, nos ayude a encontrar la persona de JESÚS, como el ciego y a no contentarnos con pertenecer a la Iglesia de un modo sociológico y de rutina tradicional, como les ocurría a los padres del ciego, que no querían comprometerse, al responder a los fariseos, por miedo a ser expulsados ellos también de la Sinagoga.
El ciego, en cambio, se comprometió y por ello le expulsaron de la Sinagoga y de su mundo, pero se encontró con Dios.
Ojalá nosotros en esta Cuaresma, al ser rechazados por el mundo, porque no somos los del botellón, ni los de las orgías, por nuestro comportamiento digno, humano, señor y cristiano, nos encontremos ahora con el DIOS VIVO, LUZ del MUNDO y AGUA VIVA sobre este altar, en que se va a realizar una vez más la actualización: la muerte por amor, de Jesús, para la REMISIÓN de los PECADOS y la RESURRECCIÓN de JESÚS, que anuncia nuestra propia RESURRECCIÓN. Si él RESUCITÓ, como hombre, nosotros también, como hombres que somos, resucitaremos con él.
Amén
Edu, escolapio
CATEQUESIS
1. Lectura: Samuel 16, 1b.6-7.10-13ª
2. Lectura: Efesios 5, 8-14
3. Lectura: Juan 9, 1-41
“MISIONERO DE TU BARRIO”, EN LA CUARESMA
Haz unas cinco copias de esta CATEQUESIS.
Ofrécelas a MAYORES IMPPEDIDOS y VECINOS.
PODÉS LEERLA y hasta EXPLICARLA algo para AYUDARLOS.
“DIOS TE BENDIGA A TI Y A TU CASA.”
¡MISIONERO¡
Dijo, entonces el ciego:
"CREO, SEÑOR. Y SE POSTRÓ ANTE ÉL"
Hoy 4 domingo de Cuaresma, entramos en la segunda ETAPA del camino cuaresmal, marcada con el SIGNO de LA LUZ, la que obtuvo el ciego de nacimiento. Con este domingo, el pasado y el que viene se cierra la gran CATEQUESIS o enseñanza que la Iglesia da a sus hijos y en particular a los Catecúmenos de todo el mundo, que serán unos miles, que con esta última preparación cuaresmal se acercarán a la misma Iglesia, pidiéndola el Bautismo, la Confirmación Y LA PARTICIPACIÓN PLENA EN LA EUCARISTÍA, y se participa de manera plena en la Eucaristía en la que participamos, CUANDO COMULGAMOS, como cuando voy a la fiesta de una boda, participo plenamente en la fiesta, cuando me han invitado también al banquete. Y en la celebración de la Eucaristía, cuando recibo la comunión. Estos son los tres sacramentos de la iniciación cristiana, para SER CRISTIANO EN PLENITUD.
Estos Catecúmenos recibirán estos sacramentos en la Vigilia Pascual en todo el mundo. Los que ya somos cristianos, renovaremos y actualizaremos nuestras promesas bautismales
Os recuerdo que esta gran catequesis del Camino Catecumenal y Cuaresmal tiene tres etapas:
1.
Etapa, la del AGUA. LA CONVERSIÓN,
como lo hizo la Samaritana, de la que nos hablaron y catequizaron el domingo pasado.
2.
Etapa, la de la LUZ. LA PROGRESIÓN EN EL CAMINO DE LA FE EN JESUCRISTO, HIJO de DIOS y SALVADOR-MESÍAS,
como hizo el ciego de nacimiento y que hoy analizaremos.
3.
Etapa, la de la VIDA. LA NUEVA VIDA o RESURRECCÓN,
que alcanzaremos, como META y que ya nos la anuncia la Resurrección de Lázaro, amigo de Jesús, quien la realizó y de la que se nos hablará el próximo domingo, 5 y último de la Cuaresma.
Nos están invitando en estas catequesis cuaresmales a que no nos quedemos en lo material y lo sensible, lo que se ve y que se oye de los relatos que se nos narran. Hay que ir más allá, sabiendo interpretar el lenguaje simbólico, que subyace en estos relatos.
La Samaritana acabó comprendiendo que el AGUA que la ofrecía Jesús no era esa agua del pozo, que a lo más quitaría la sed de la fatiga y del cuerpo y podría lavar, quitar algunas manchas de las túnicas o vestidos que llevaban. El AGUA de Jesús te limpiaba radicalmente por dentro y te daba una Nueva Vida, porque te quitaba la sed de infinito, de transcendencia, la sed de Dios. La conversión de la Samaritana fue total: cinco maridos, que no lo fueron, había tenido y con el que vivía tampoco era... lo reconoció: Todo lo dejó y con la Palabra viva de su ejemplo, arrastró hacia Jesús a todo el pueblo de samaritanos, donde tenía mala fama y a pesar de ello, la creyeron, aunque más creyeron después a Jesús, cuando lo conocieron. La decían: "Ya no creemos por lo que tú dices; nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es de verdad el SALVADOR del mundo".
Tú, mi buen hermano, ¿estás haciendo ya, en esta Cuaresma, una revisión de tu vida para dejar esas cosas que te atan, y no te dejan ver la verdad profunda y el valor auténtico de tu vida, al descubrir la grandeza de Dios que hay en ti? ¿Estás atrayendo a Jesús con tu conversión, a tu familia, a tus amigos, a tus compañeros y vecinos, como la Samaritana? ¿Te estás convirtiendo o tienes miedo del cambio de vida? Claro, aun sería peor, si todo esto te diera lo mismo. Por ti rezamos de verdad, porque te queremos, aunque no te conozcamos, pero Dios sí te conoce y oye nuestras súplicas.
La CATEQUESIS del episodio del ciego de nacimiento, que hoy hemos proclamado, es fundamentalmente un desarrollo teológico de las etapas de este conocimiento de Jesús, que conlleva y acaba en un progreso en la FE, más que una narración histórica del hecho.
El ciego de nacimiento nos representa a cada uno de nosotros en nuestro caminar en la FE. En él se ve un avance progresivo en el conocimiento de Jesús y paralelamente en la FE en Jesús, quien lo curó. Descubre ya en su propia curación, que Jesús es el que vuelve todas las cosas a su sitio, a su estado natural, a su equilibrio: "de NO VER, A VER, de NO SER, A SER".
Analicemos ahora y aprendamos las sucesivas ETAPAS en el CONOCIMIENTO y EN LA FE en JESÚS:
1.
Constatamos que el ciego tiene al principio unas motivaciones insuficientes en su relación con Jesús, porque ni si quiera sabe quién es y dónde vive. "LE PREGUNTARON LOS FARISEOS: ¿DÓNDE ESTÁ ÉL? Y CONTESTÓ: NO LO SÉ.
2.
Este ciego se puso de parte de Jesús, porque le curó; algo parecido a lo que les ocurre a muchos que se ponen de parte de la Iglesia por sus acciones sociales, caritativas o culturales. La relación es bien pobre, porque está motivada y fundada en intereses simplemente humanos, pero no de FE, de confianza en la persona de Jesucristo.
3.
Su FE y CONOCIMIENTO INICIAL, incipiente de Jesús ha progresado y choca con el conocimiento libresco, teológico y moral de la Sinagoga, escribas y fariseos, que se preocupan muy poco de la persona de Jesús y así no consiguen explicar una cosa tan evidente como la curación de este ciego. Al ciego, en cambio le bastan tres palabras para explicar el hecho. "Le dijo Jesús: Ve a lavarte a la piscina de Siloé: FUE, SE LAVÓ y VOLVIÓ CON VISTA: Fui, me lavé y recobré la vista", repite por tres veces a los fariseos, que le llevó a preguntarles con ironía por el interés exagerado que mostraban: "Os lo he dicho ya –tres veces- y no me habéis hecho caso ¿para qué queréis oírlo otra vez?; ¿También vosotros queréis haceros discípulos suyos?.
Los fariseos con su dogmatismo, orgullo y cerrazón, caen hasta en el ridículo. Preguntaron a sus padres: ¿Es éste vuestro hijo, de quien decís vosotros que nació ciego?¿cómo es que ahora ve? Los padres contestaron: "Sabemos que éste es nuestro hijo y que nació ciego; pero cómo ve ahora, no lo sabemos nosotros" y por miedo a que los echasen de la comunidad de la Sinagoga, añadieron: "Preguntárselo a él, que ya es mayor".
Ante la evidencia, los fariseos le injurian y le condenan al pobre ciego: "Ellos, insultándole, le dijeron: Sé tú discípulo suyo. Nosotros somos discípulos de Moisés... Nosotros sabemos que a Moisés le habló Dios, pero ese no sabemos de donde viene. Eres todo pecado desde que naciste ¿y pretendes enseñarnos? Y le echaron fuera, le condenaron con la excomunión de la Sinagoga.
4.
Al quedar libre de estas amarras de la Sinagoga, de tradiciones rutinarias, obsoletas y sin contenido, el ciego profundiza entonces en el conocimiento del que le había curado: Jesucristo, quién es. Encuentra y descubre la persona de Jesús y ya no solo a aquel que le había curado:"Oyó Jesús que le habían echado fuera de la Sinagoga por su causa y saliendo a su encuentro, le dijo: ¿Crees en el Hijo del Hombre? Respondió y dijo: ¿Quién es, Señor, para que crea en él? Díjole Jesús: lo estás viendo, es el que está hablando contigo"
El ciego empieza a vivir su conversión y su FE en el Padre, llega a la Religión de la persona, no a la del interés por su curación. Llega a la comunión con Dios por encima de los libros de los teólogos fariseos. Dijo, entonces el ciego: "CREO, SEÑOR. Y SE POSTRÓ ANTE ÉL"
Que esta Eucaristía que nos disponemos a celebrar, nos ayude a encontrar la persona de JESÚS, como el ciego y a no contentarnos con pertenecer a la Iglesia de un modo sociológico y de rutina tradicional, como les ocurría a los padres del ciego, que no querían comprometerse, al responder a los fariseos, por miedo a ser expulsados ellos también de la Sinagoga.
El ciego, en cambio, se comprometió y por ello le expulsaron de la Sinagoga y de su mundo, pero se encontró con Dios.
Ojalá nosotros en esta Cuaresma, al ser rechazados por el mundo, porque no somos los del botellón, ni los de las orgías, por nuestro comportamiento digno, humano, señor y cristiano, nos encontremos ahora con el DIOS VIVO, LUZ del MUNDO y AGUA VIVA sobre este altar, en que se va a realizar una vez más la actualización: la muerte por amor, de Jesús, para la REMISIÓN de los PECADOS y la RESURRECCIÓN de JESÚS, que anuncia nuestra propia RESURRECCIÓN. Si él RESUCITÓ, como hombre, nosotros también, como hombres que somos, resucitaremos con él.
Amén
Edu, escolapio
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