VIDA DE ORACIÓN

jueves, marzo 13, 2008

Ciclo A (2008) - Tiempo de Cuaresma - 5º domingo
CATEQUESIS

1. Lectura: Ezequiel 37, 12-14
2. Lectura: Romanos 8, 8-11
3. Lectura: Juan 11, 1-45

“MISIONERO DE TU BARRIO”, EN LA CUARESMA
Haz unas cinco copias de esta CATEQUESIS.
Ofrécelas a MAYORES IMPEDIDOS y VECINOS.
PODÉS LEERLA y hasta EXPLICARLA algo para AYUDARLOS.

“DIOS TE BENDIGA A TI Y A TU CASA.
”¡MISIONERO!¨

¡LAZARO! SAL FUERA

Cerramos con este 5 domingo la 3ª etapa de la Catequesis o enseñanzas fundamentales que la Iglesia propone a los Catecúmenos del mundo entero en esta Cuaresma para recibir y comprometerse para toda la vida con el Sacramento del BAUTISMO, que recibirán en su inmensa mayoría, en la Vigilia de Pascua.

Y esta Catequesis cuaresmal la Iglesia también nos la ofrece a todos nosotros ya bautizados que queremos progresar en nuestro ser de cristianos, en nuestra vida cristiana, siempre en crecimiento y desarrollo. Los Catecúmenos harán sus promesas bautismales libremente, de manera solemne y pública. Nosotros de la misma forma y manera renovaremos nuestras promesas bautismales. Ellos y nosotros con la ayuda de la gracia seremos más fieles en guardarlas y vivirlas.

Esta Catequesis fundamental, cuaresmal y Catecumenal está formada por tres enseñanzas básicas para todo cristiano. Y para toda la vida. En este tiempo de Cuaresma las revisamos todos los años. Este año vienen marcadas por tres acontecimientos de la vida de Jesús

1.- El encuentro de Jesús con la Samaritana, junto al pozo de Jacob y con el símbolo del AGUA de por medio.
2.- La curación del ciego de nacimiento y la LUZ será su signo.
3.- La resurrección de su amigo Lázaro, y la VIDA es su señal. Este relato acabamos de proclamarlo en la Misa.

Tres acontecimientos, que se resumen, pues, en tres palabras clave: AGUA de la Samaritana; LUZ para los ojos del ciego y VIDA para Lázaro muerto. AGUA – LUZ – y VIDA. Sus efectos son: CONVERSIÓN – ILUMINACIÓN y COMUNIÓN

El agua da VIDA.
Sin agua hay desolación y muerte. La Samaritana probó el AGUA que le ofreció Jesús, porque el agua de su cántaro no apagaba la sed. Y empezó a ver la vida de otra manera. Se CONVIRTIÓ- Convertirse es el Objetivo fundamental de la Cuaresma: cambiar de modo de pensar y de vivir; pasar de la vida de pecado a la vida de la gracia, en amistad siempre con Dios y con los hermanos.

La Samaritana cambió su vida escabrosa y escandalosa de vivir con un hombre, que no era su marido, por una vida de apóstol, que llevó hasta Cristo a todo su pueblo.

¿Qué estoy dejando yo en esta Cuaresma, que me ata y me encadena? Y si ya estoy libre de cadenas, de pecados graves, ¿qué hago, que aun no he llevado a Jesucristo, como lo hizo la Samaritana, a los de mi casa, a mis compañeros de trabajo, a los de mi escuela o centro de estudios, a mis vecinos y gentes del barrio? Esto es lo que me está exigiendo y esperando Dios de mí en esta Cuaresma: convertirme, como la Samaritana y llevar a algunos al menos a Jesucristo.

La segunda enseñanza está cifrada en la palabra LUZ,
la que le faltaba a los ojos del ciego. Sin luz no hay vida, sin sol hay muerte. El ciego de nacimiento permanecía en la oscuridad de la muerte. Jesús le abrió primero los ojos del rostro. Y se lo agradeció, poniéndose de su parte ante los ataques de los fariseos, que consideraban a Jesús, hombre perverso, pecador. Agradecimiento interesa, como tantos, que se ponen de parte de la Iglesia, porque les da comida o vestido o les proporciona un consuelo para sus penas. Nosotros, pues, interesados como el ciego.

Pero al ciego no le llenó, ver solo con los ojos de su cara y profundizando en el conocimiento de Cristo, descubrió la persona de Jesús, su misterio y no tan solo a aquel que le había curado. Buscaba algo más que un curandero. Y cayendo de rodillas lo adoró, diciendo: "CREO, SEÑOR"

¿Hemos sido capaces nosotros de dar este paso, como el ciego, pasar de nuestros interese a la comunión y amistad con Dios? ?Hemos tenido hecho más oración, hemos tenido algún diálogo con Jesucristo, el Señor? ¿Hemos mejorado la calidad de esa oración y de ese diálogo?.

En el Bautismo se nos confió una vela, encendida en el cirio pascual. Se nos confió la LUZ para que iluminara nuestro camino y a la vez iluminar el camino de los demás. ¿Qué hemos hecho de esa LUZ? ¿A quienes ilumina? ¿O la tenemos apagada?

La Cuaresma es ese tiempo privilegiado para avivar y encender esa LUZ, con un buen arrepentimiento, con una sincera confesión y sin miedos, como la Samaritana.

Que preparemos nuestro corazón y arreglemos un poco nuestras vidas, esta última semana de Cuaresma, para llenarnos de Jesucristo, que dé nuevo sentido a nuestras vidas, para que apague nuestra sed con su AGUA Viva. Que nos llene de su LUZ para que le veamos en lo escondido. Y que nos dé la VIDA eterna, como le devolvió a Lázaro, su amigo, la vida temporal.

Y esta es la TERCERA ENSEÑANZA de esta triple Catequesis: LA VIDA;
la VIDA con mayúsculas, porque Lázaro volvió a la vida con minúscula. Fue más bien una reanimación tan solo, pero que nos anuncia y es paradigma de la Nueva Vida, que se nos da en la Pascua.

Se nos da en la Pascua, si antes morimos al pecado. Todos sabemos bien que para llegar al Domingo de Resurrección, hay que pasar antes por el Viernes Santo; hay que subir al calvario, porque como dice la Santa Escritura: "si el grano de trigo, que cae en tierra, no muere, queda solo; pero si muere da mucho fruto".

No se trata de morir biológicamente, que eso es un simple fenómeno natural. A lo que hay que morir es al orgullo, a la injusticia, al deseo desordenado y deshumanizado del placer; morir a la avaricia, a la envidia. Muchos llegan a la frontera de la muerte, moribundos, pero vivos, muy vivos y no muertos a todas estas concupiscencias que no nos dejan vivir en la paz de Dios.

Por eso, una vez y con esperanza, nos hemos reunido alrededor de la mesa sacrificial de la Eucaristía, para que al celebrarla gozosos y alegres, nos llenemos de la gracia de Jesús y con su ayuda y nuestro esfuerzo en la LIMOSNA; LA ORACIÓN y el AYUNO, armas y medios privilegiados de la Cuaresma, se apague nuestra sed de cosas con el Agua VIVA; se llene de LUZ nuestro CAMINO y gocemos de la NUEVA VIDA de Jesucristo RESUCITADO, porque a Jesús, en esta Cuaresma, le hemos hecho nuestro AMIGO y dirá de cada uno de nosotros, lo que dijo de Lázaro: "Lázaro, nuestro amigo, está dormido. Voy a despertarlo... llénate pues, de esperanzas, llénate de alegría.

AMEN
Edu, escolapio